Noche de reggae en el Galpón Víctor Jara (vol.1)
Una fría noche la del viernes 12 de junio en la capital, de las primeras heladas del invierno que se nos avecina, era la antesala a la presentación de Gondwana en el Galpón Víctor Jara. Un lugar íntimo, oscuro y con capacidad a lo más, de unas 250 personas. Pero para qué más, si la razón de la tocata por parte de la banda más importante del género reggae en Chile era encantarse nuevamente con su público, que aproximadamente desde las 20 horas comenzó a llenar el local que homenajea al legendario compositor de apellido Jara, y torturado y dado muerto durante la dictadura militar en nuestro país.
Las luces multicolores provocaban un arcoiris a la fuerza en las paredes y techo. A eso de las 22:30 horas y luego de unos problemas técnicos derivados al surround de los parlantes de sonido, el show dio el punta pie inicial a la noche de canto a lo bueno de la vida, al amor y la esperanza, cargada de reggae y dancehall incitada por Gondwana y las bandas de reggae nacional invitadas para la ocasión.
Las luces multicolores provocaban un arcoiris a la fuerza en las paredes y techo. A eso de las 22:30 horas y luego de unos problemas técnicos derivados al surround de los parlantes de sonido, el show dio el punta pie inicial a la noche de canto a lo bueno de la vida, al amor y la esperanza, cargada de reggae y dancehall incitada por Gondwana y las bandas de reggae nacional invitadas para la ocasión.
Vestido de un radiante blanco, al estilo regguetonero de Don Omar, el ex Shamanes comenzó prender al público con una personalidad admirable. Coqueteos que van y vienen. Pancho Villa, que no tiene ningún parecido alguno al héroe mexicano, hizo bailar y entrar en calor hasta el más frívolo de los asistentes.
Amilcar Nadal cantó tres temas ultra desconocidos junto a dos rubias que le ayudaban en los coros de los temas, pero que aún así generaban movimientos de pies y sacudidas de cuerpo por parte de los asistentes al evento.
El público del Víctor Jara prendió más cuando el ex Lumumba expresó el grito grave característico de canciones del grupo argentino como “Acá estamos y no nos vamos”. Tras sacarse una enorme chaqueta camuflajeada al estilo militar estadounidense, el moreno exclamó: “Señorita a mí me gusta su style”. Y la ovación de los más de 200 asistentes al Galpón Víctor Jara no se hizo esperar.
Los asistenten sucumbieron tras la aparición y exposición de los ritmos africanos y la danza energética que hizo mover a más de alguno de los presentes.
Un nuevo receso, una nueva excusa para mover el cuerpo junto a tu pareja al son del reggae y una invitación a acercarte a la barra a tomarte una cerveza, un ron cola o un vodka naranja.
El trío puentealtino tocó parte de su repertorio, que los tiene desde hace un par de años como exponentes del reggae chileno underground.
Con todo el ritmo que le otorgan al reggaedancehall que interpretan, los chicos de Digital Dread se robaron el espectáculo durante los 30 minutos que estuvieron en el escenario. Pero faltaba la guinda de la torta. El cierre de la noche y la culminación de un reencuentro con los fanáticos del reggae nacional.
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